Aunque esta cabaña a orillas de mar sólo mide 30 metros cuadrados, sus dueños Glenn y Lawson han encontrado la manera de aprovechar cada centímetro. Ahora quieren compartir su casa de campo - envidiado oasis acertadamente llamado 'Our Little Secret' (Nuestro Pequeño Secreto) en St. George Island, Florida — con el resto del mundo.
Según la página Facebook de esta casa de campo, St. George Island esta ubicada a seis kilómetros de la costa de Florida y forma parte de una "pintoresca comunidad de casas de campo donde están prohibidos los edificios altos y la urbanización de alta densidad para defender una comunidad bien planificada, que convive en armonía con el medio ambiente costero". Este refugio costero, es un excelente ejemplo de como encontrar la inspiración en su entorno y se mantiene fiel a los ideales de desarrollo sostenible del movimiento de casas diminutas.
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El brillante azul exterior de la casa de campo, sólo rivaliza con el cielo casi sin nubes y hace juego con la vibrante vegetación de los alrededores. La alegre paleta de colores se mantiene coherente por toda la casa, con pinceladas de amarillo y azul para acentuar detalles.
Los techos altos dan al interior una ligereza que pide a gritos que abran las ventanas y dejen entrar la brisa tropical. Además, la casa de campo ha sido construida para aguantar vientos de 290 kilómetros por hora.
La cocina está pasada la gran sala y el desván para dormir es accesible gracias a una escalera móvil.
La cocina es abierta, limpia y totalmente funcional.
Las pálidas paredes amarillas parecen aumentar la magnifica luz de los rayos de sol del exterior.
El baño está equipado con todas las comodidades que puedan esperar.
La cama, de un impresionante azul cobalto, es el lugar perfecto para relajarse después de un día de paseos por la playa.
¿Cómo son de agradables estos cojines?
Aquí hay una vista desde el desván.
Me imagino pasando el rato en una silla Adirondack con una bebida fría.
En su párrafo de Tiny House Hunting, Glenn y Lawson cuentan con entusiasmo como la vida en diminuto a alterado la manera en la que pasan su tiempo. Se aventuran fuera con más frecuencia y, por ello, su porche es casi tan grande como la propia casa diminuta.
Y con las variadas y confortables opciones para sentarse es un milagro que pasen tiempo dentro. La página de Facebook advierte "adicción probable a la isla" pero en lo que respecta a los vicios, no es tan perjudicial.
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